Iván Ania, en su comparecencia de prensa, tras el partido Córdoba CF-SD Huesca.

 

A pesar de un primer tiempo prometedor, el conjunto de Iván Ania vio cómo se les escapaba la victoria ante un rival que, con dos acciones letales, remontó el marcador y se llevó los tres puntos. Tras el encuentro, el técnico asturiano ofreció una reflexión profunda sobre la actuación de su equipo, señalando tanto los aspectos positivos como las áreas a mejorar.

Una primera parte prometedora, pero sin premio
El Córdoba CF salió al terreno de juego con una energía renovada en los primeros 45 minutos. La presión alta, el dominio del balón y las llegadas por banda hicieron que el equipo se sintiera superior en los primeros compases del partido. Ania destacó que el equipo estuvo muy bien en la primera media hora, reconociendo que tuvieron varias ocasiones para haber marcado el segundo gol. “Si hacemos el 2-0, el partido hubiera tenido otro camino”, expresó el técnico, aunque lamentó no haber tomado las decisiones correctas en los últimos pases de los ataques por banda.

A pesar de ese dominio, el equipo no logró cerrar el partido con el segundo gol y, al final de la primera parte, concedió un tanto a balón parado que les dejó con la sensación de que habían dado vida al rival. Este fue un punto clave en el análisis de Ania, quien destacó que no podían permitirse ese tipo de concesiones, ya que “les das vida al rival y aprietan”.

El Huesca se adueña del partido tras el descanso
El técnico asturiano no dudó en reconocer que, en la segunda mitad, su equipo fue claramente superado. “Nos sometieron y no tuvimos balón”, admitió. La remontada del Huesca llegó a través de dos jugadas que reflejan perfectamente las fortalezas del conjunto oscense: el balón parado y el contragolpe. Con un gol de Hugo Vallejo a balón parado y otro en una acción de contraataque, el Córdoba vio cómo se les escapaba el control del partido.

Ania hizo autocrítica en cuanto a las concesiones defensivas. “No podemos conceder tanto”, señaló con firmeza, y agregó que el equipo no estuvo a la altura de las expectativas en cuanto a la solidez defensiva. “Ellos al descanso presionaron más alto y fueron más intensos”, señaló, reconociendo que el Córdoba no supo manejar esa presión y, especialmente, que el Huesca aprovechó muy bien las oportunidades que tuvo.

Falta de fluidez y dificultades en la banda izquierda
Uno de los aspectos que más preocupó al entrenador fue la falta de fluidez en el juego. “Nos atascamos en la banda izquierda y no generamos peligro”, reconoció, subrayando que cuando el rival decidió replegarse, el Córdoba fue capaz de tener algo más de control del balón, pero sin lograr crear ocasiones claras. A pesar de que el equipo finalizó el partido con alguna llegada al área rival, como un remate de chilena de Casas, Ania reconoció que las sensaciones no fueron buenas: “Acabamos en el área rival, pero sin una gran sensación”.

La eficacia de los rivales y la diferencia de áreas
La diferencia de eficacia en las áreas fue otra de las claves del análisis de Ania. Mientras que el Huesca necesitó muy poco para marcar (con un remate en el primer disparo a puerta en la segunda mitad y un contragolpe letal), el Córdoba tuvo que trabajar mucho más para generar peligro. “Nosotros necesitamos mucho para hacer gol y ellos necesitan poco”, reconoció el técnico, apuntando que el equipo de Ania no logró capitalizar sus oportunidades y no fue tan certero como el Huesca.

El debut de Rubén Alves y las modificaciones tácticas
A pesar de la derrota, Iván Ania destacó el debut de Rubén Alves, quien dejó buenas sensaciones, sobre todo por su poderío físico y su capacidad para jugar con el balón. “Estuvo bien con balón y los minutos que tuvo estuvo muy bien”, señaló el entrenador. Además, Ania analizó los cambios realizados durante el partido, explicando que intentaron generar más presencia en el área con los centros de Carracedo y el trabajo de Jacobo, y que las entradas de Théo y Pedro tenían como objetivo intentar ganar más control en el medio campo.

Por último, el técnico explicó que también hubo un cambio defensivo motivado por la amarilla de Marvel, buscando evitar una posible segunda tarjeta amarilla que podría haber complicado aún más la situación.