Manuel Mosquera en la previa del partido Balompédica Linense-Córdoba CF.

 

El Córdoba se enfrentará al Linense en el Estadio Municipal de La Línea de la Concepción buscando por fin la ansiada victoria que podría ponerle de nuevo en el carril del play-off. Manuel Mosquera, técnico blanquiverde comentó sus impresiones acerca del próximo choque, correspondiente a la jornada 35.

¿Cómo están los jugadores después del palo?
– Bueno, nos estamos sacudiendo del palo. El fútbol te permite otra opción más de volver a jugar. Cada vez que sucede esto el jugador quiere volver a jugar y volver a intentar obtener la victoria, sacudirnos de todo lo que provocó la derrota contra el Racing de Ferrol, que son muchas cosas y están deseando jugar. La recuperación está siendo rápida porque creo que nos agarramos todos al mensaje de que tenemos que ganar sí o sí, no rendirnos ni bajar los brazos. Ganar porque ya solo como profesionales tenemos que tener muy alto ganar por un escudo, por nuestra afición, por los profesionales que somos. Si todo eso trae una victoria con los resultados de los rivales digamos que volvemos a abrir una rendija, perfecto. Pero es verdad que estas jornadas como ya hay partidos los sábados de rivales directos y otros juegan empiezan una hora antes de nosotros, ya va a depender de que valga mucho o para poco. No importa, la determinación por la victoria es la misma que siempre. Aunque evidentemente, ya lo dijimos el miércoles, las posibilidades se han reducido mucho.

¿Cómo se motiva a un grupo que acaba de pasar por esta situación?
– De la primera que tienes que tirar es de la profesionalidad, es la primera que tienes. Basada en que la liga empieza un día y acaba otro día determinado y hasta el último día tienes que estar trabajando, corriendo, presionando e intentando ganar partidos porque es lo que tiene que hacer un profesional. Esa es la base de todo el deporte diría yo y la base nuestra debería ser esa. No hay bajada de brazos porque se pierda un objetivo. El perder un objetivo hace que tengas esa sensación de no lograrlo, pero hasta el último segundo no voy a dejar de exprimir a mis jugadores. Esto tiene que ser así y no entiendo de otra manera. Con esa firmeza, determinación, profesionalidad siempre hasta arriba. Porque entonces sabremos que nuestro trabajo es hasta cuando termina, objetivos cumplidos o no al margen. Todavía el objetivo matemáticamente se puede lograr, eso no lo voy a obviar.

¿Consideras que el cordobesismo está buscando culpables y que de nada sirve el partido?
– Ahora mismo que el partido no importe, no he leído nada. Si lo hubiese hecho te diría que sí. Esta es una parte muy común del fútbol. Mi experiencia me dice que evidentemente estoy de acuerdo que haya siempre una rama en la que se buscan los culpables o alguien ha cerrado la puerta de los objetivos y se buscan culpables se empiezan a producir antes de que termine la liga. Vuelvo a lo mismo, soy el entrenador, trabajo con mi equipo todos los días, trabajo en el partido contra el Linense, ganar contra el Linense y así voy a seguir. Todo lo que rodea eso no me interesa para nada. Me interesa que el cordobesista vea que el entrenador y sus jugadores están trabajando para ganar. Análisis paralelos de unos y otros y lo demás que genera esto, no me preocupa ni me altera. Mi camino es trabajar con el equipo muy fuerte, sacar el mejor equipo posible al principio para luego terminar ganando el partido contra el Linense, así siempre. Todo lo demás ni me desvío ni pierdo energías.

¿Qué mensaje envía a la afición cordobesista que está en estos momentos algo desanimada?
– Entiendo a la afición y el desánimo. De tanta masa que hay que de aficionados del Córdoba y lo que representa, entiendo que mucha gente esto está por terminado, pero desde mi punto de vista profesional, no ha terminado matemáticamente. Es una realidad, ya he dicho siempre que al cordobesista le voy a hablar de realidades. El objetivo se ha reducido mucho, solo faltaría que dijera lo contrario, pero no está matemáticamente insalvable. También si he dicho que como entrenador tengo que estar trabajando todos los días como si fuese el último, la afición tiene que entender que estoy buscando lo mejor del equipo para que ganemos el partido. Es el Linense, es mi trabajo, no me voy a desviar de eso y le digo al cordobesista que esté siempre con los jugadores porque el apoyo infinito tiene que salir como sale de esta gente. Siempre están ahí, pero siempre estar no significa que tengan que estar callados sino tienen que expresarse y eso me parece bien. Ahora, como entrenador exijo hasta el último segundo a mis jugadores y quero que los aficionados del Córdoba estén exigiéndonos que trabajemos hasta el último segundo.

La Balona se juega más que el Córdoba porque tiene más necesidades por los puntos
– Desde mi punto de vista no, porque cuando un equipo se juega la salvación, se juega la vida de otra manera. Eso es lo que quiero evitar el partido del domingo. Nosotros no debemos pensar que nosotros vamos allí de jueces, o de no querer… No, no, el Córdoba va allí porque nos jugamos la vida porque el simple hecho de que puedas ganar un partido te abra las posibilidades respecto a resultados de rivales que tengan malos, ya es suficiente. Esa es mi forma de pensar. El partido va a ser complicado precisamente por los dos tipos de pensamientos que llevamos. Así que mi pensamiento es jugarnos la vida, que nos la jugamos, pero se muy bien qué tipo de partido me voy a encontrar, lo se de sobra. Pero nosotros vamos a salir en la misma línea, fuertes, agresivos, presionantes, intensos.

¿Cómo está la enfermería?
– Puga nada, Canario no, José Ruiz tampoco va a estar. Todo el mundo para La Línea.

¿Qué partido esperas?
– Mi experiencia me dice que cuando un equipo está jugándose la salvación sus primeros quince o veinte minutos serán como si no hubiera un mañana. Esa es la mentalidad que van a tener. Es más, van a incidir en la agresividad bien entendida y van a apelar a que nosotros no nos jugamos nada. Ahí es donde tenemos que cambiar la mentalidad, que la estoy cambiando yo desde aquí. Nos jugamos muchísimo, pero en el caso de en ese momento de la hora de jugar el partido, nuestros adversarios tuvieran buenos resultados, nos jugaríamos una victoria de profesionalidad y de exigencia máxima para que sepan que nosotros salimos a darlo todo. Se que es una frase muy bonita, pero la siento y tengo esa forma de expresarme. Creo en lo que hablo, no cuento rollos ni tonterías.

¿Cómo se gestiona esa frustración como entrenador y no sacar el equipo adelante?
– Lo llevo con entereza, con templanza y una rabia que no veas. Porque conseguir dos de doce como resultados es muy pobre. El entrenador se le juzga por el resultado, no se me puede estar juzgando bien, pero me interesa mi templanza, mi firmeza y mi serenidad. Me la dan mis jugadores, el club con la confianza que me muestra todos los días y sobre todo esa mirada de los jugadores que están peleando para que tengamos una victoria. Ahora, la rabia que tengo es la rabia que tengo, porque creo que hemos podido conseguir la victoria, pero por unas cosas por otras, por fallos nuestros, por méritos del rival no lo hemos hecho. Pero la templanza, la serenidad y la determinación se le une una rabia increíble por no poder conseguir una victoria. Tengo que aceptarlo, esta profesión es así. Hay dos formas de tener esa profesión, sufrirla o disfrutarla. Aunque parezca mentira, he decidido disfrutarla. No disfruto de todo lo que significa no tener resultados, pero creo que mi trabajo, mi forma de pensar y mi determinación en esta profesión no tiene que verse con los resultados. Mi trabajo se vea influenciado en no tener equipo, o no tener continuidad por los resultados. Lo acepto no hay que poner paños calientes ni quejas.

No viajan Puga ni José Ruiz, ¿has pensado en una posible alternativa con Rafa Castillo?
– Castillo y Giovanni van a viajar con nosotros. Son futbolistas que pueden perfectamente alinearse, pero primero intento ver dentro de la plantilla que tiene mucho más bagaje, más partidos en un encuentro tan complicado poner la defensa más agresiva y más fuerte. Pero estos dos jugadores vienen con nosotros porque pueden ser de la partida perfectamente. Obviamente, ya tengo definido quien va a ser, pero sí podrían ser ellos porque queda un día, pueden pasar muchas cosas y entonces decidir quién y después que no pueda ser por algo… podría ser. Pero vamos, lo tengo clarísimo.