Nono tapa su portería ante un ataque de un jugador del Burela.

 

El cancerbero nacido en la localidad cordobesa de Luque no puede continuar defendiendo la meta del conjunto cordobés. Ha sido por causa mayor, motivo más que justificado, al no poder conciliar su trabajo con la práctica del fútbol sala y eso le hizo rescindir o anular su contrato con el Córdoba Patrimonio.

Antonio Castro López (Luque, Córdoba, 26/07/1993), comenzó en Segunda División B en el Sinapsis Luque, equipo de su localidad natal, donde estuvo dos temporadas, pasó al CD Ategua en la 2014-2015. En la siguiente, 2015-2016 fichó por el club Shusi a la vie Morlanwelz Futsal de la Primera División belga, retornando al futbol sala español a través del CD Apaga y Vámonos de Doña Mencía, siendo su entrenador Fernando Tienda (actualmente es segundo entrenador del Córdoba Futsal), en este conjunto militó dos temporadas antes de ingresar en el Córdoba Futsal en la 2018-2019 hasta hoy.

Desde muy joven ya destacaba bajo los palos, portero seguro, inquieto con reflejos, como los grandes felinos. Su trabajo y empeño le hizo ir escalando hasta llegar a lo más alto del fútbol sala nacional. Fue uno de los componentes de la plantilla que consiguió la hazaña, contra todo pronóstico, de ascender al Córdoba Futsal en el play-off, dejando atrás al Real Betis y al Software Del Sol Mengibar.

Todo este tiempo ha sido de sacrificio y superación para el luqueño, hasta llegar a jugar en la mejor liga del mundo. Muchos kilómetros recorridos en coche y en autocar entre localidades y bastante horas de preparación, renunciando a actividades de ocio que hacen los jóvenes de su edad, pero digamos que le ha merecido la pena por todo lo que ha disfrutado.

Suponemos que esto será un punto y seguido, Nono Castro seguirá practicando el deporte que le apasiona y que algún día lo podamos ver, de nuevo, en la élite del futbol sala nacional.