José Luis Navarro dio ayer su última vuelta por el estadio de El Arcángel. La menos querida por nadie, pero que sirvió para que sus ex compañeros, ex jugadores blanquiverdes, familiares y amigos le tributaran una sentida y calurosa despedida. Realizó su última subida al centro del campo, en esta ocasión a hombros de su gente, envuelto en una bandera blanquiverde con el escudo del Córdoba CF. Al ‘Papi’ como cariñosamente le llamaban, se lo intercambiaban. Todos querían participar en este adiós a uno de los mitos cordobesistas.
Muchos compañeros, de su primera época como Diego Moreno, Rodri, Miguel Reina, y un sin fin de ellos de épocas posteriores que sería innumerable; ex presidentes del club como Claudio Ripoll, Rafael Gómez, Paco Rojas o Rafael Barroso; y familiares desplazados desde su Aranjuez natal, se dieron cita en el estadio ribereño para despedir a un mítico blanquiverde, el jugador que más veces ha vestido hasta ahora su camiseta, en 319 ocasiones, que jugó en las tres categoría posibles en aquella época con el Córdoba, y con el que logró ascender de Tercera a Segunda y de Segunda A Primera, formando parte del equipo que consiguió la mejor clasificación histórica en Primera, quintos en la campaña 64-65.
Llevado al centro del campo giraron el féretro hacia el palco, hacia el asiento que él ocupaba. Allí, a hombros de sus compañeros, se rezó un padrenuestro y un ave maría por su alma y el actual consejero delegado del Córdoba CF le dedicó unas sinceras palabras en las que entre otras cosas resaltó que “fue uno de los protagonistas de los episodios más importantes del Córdoba CF que fue el primer ascenso del Córdoba en el año 1962”. Además, continuó diciendo que “fortaleza, dedicación y admiración son tres palabras que podían describir a José Luis Navarro, un hombre que hasta el último momento estuvo luchando y preocupándose por su club”. González Calvo continuó diciendo que en la última comida de Navidad habló con él y “pude ver en él el brillo que refleja en sus ojos simplemente la palabra Córdoba CF. Era una persona muy importante para este club”.
González Calvo recordó que fue presidente de la Asociación de Futbolistas Veteranos, que recibió la insignia de oro y brillantes del Club y la medalla de la ciudad al mérito deportivo, y terminó diciendo que “la huella que José Luis dejará en nosotros va mucho más allá de lo deportivo. Será recordado por su pasión infinita por el Club, por su afecto y por su cercanía a todos aquellos a los que rodeaba. Dedicó su vida al Córdoba CF y será recordado como parte de la historia de nuestro club”.
Tras recibir una cariñosa ovación de todos los asistentes, el féretro fue de nuevo trasladado al coche fúnebre para encaminarse a la iglesia de los Capuchinos, donde se celebró una misa funeral antes de ser trasladado de nuevo al Tanatorio de las Quemadas para ser incinerado.