Por R.B. Eguilior.
Con sumo placer recibo la invitación, o el reto, de mi amigo Rafael Baena, director, gerente o el hombre para todo en este medio, un “self made man” en toda regla, o como se diga, para volver a llenar un espacio en esa revista-web que sigue y sigue, como una Duracell, año tras año, llevando y trayendo noticias de esta cosa del deporte cordobés, con especial atención al fútbol, faltaría más. Esto es Córdoba y no Carolina del Norte donde el mundo deportivo es una forma de vida.

Y recojo ese guante porque me hace ilusión y porque Rafa es un “jefe atípico”. Sólo te dice que escribas algo, “lo que tú quieras”. Y eso te da hasta morbillo porque cuando a un español le dicen “Ancha es Castilla” se te remueven todas las papilas gustativas y empiezas a pensar a quién o quiénes vas a convertir en diana de todos tus dardos.

Pero mi vuelta a ese córner desde el que yo recordaba cosas de la historia del Córdoba hace cuatro o cinco años no me seduce que se signifique por meterle mano a nadie, ni refregarle que este Club tiene una historia, olvidada o desconocida por algunos, o por muchos, pero hostigada y minusvalorada continuamente por el propietario del accionariado del Córdoba CF. SAD. que lo fue entre junio de 2011 hasta Enero de 2018. Aquello de “En 40 años…”, muletilla de un adanismo ridículo de aquella etapa, me revolvió las entrañas y fue el motivo de que aquel córner que Rafael Baena me dio en su revista GolSur fue utilizado por mí para recordar anécdotas, peripecias, historias y sucesos acaecidos a lo largo de los ya 65 años de vida que conoce este denominado Córdoba Club de Fútbol, heredero de otros nombres cuya antigüedad ya estaría más cerca del Centenario.

Repito que no se me ocurre lanzar dardos, aunque no se me escapa que mis pasadas etapas relacionadas con el Córdoba invite a pensar que en estos momentos a tres o cuatro lectores, no más, no soy un “influencier” de los que tanto abundan, les gustaría conocer mi opinión, ver cómo clavo cuchillos o leer de qué manera reparto castañazos a diestro y siniestro. Y no es ese mi objetivo en esta nueva etapa porque no voy a tener la continuidad de la otra, sino que apareceré esporádicamente. Me avala el que manda aquí.

Hoy, por ser el primer trabajo, no voy a valorar ni la gestión deportiva de Jesús León, ni los fichajes de Serrano, ni los jaleos judiciales que rodean al Córdoba, ni las ruedas de prensa tan abundantes en los últimos meses por personas ligadas al Club, nada de eso es hoy importante para mí desde que el pasado Junio se confirmó el descenso del equipo a Segunda B. Eso es lo único que me ha preocupado desde que se produjo, lo demás es “ruido”, ese ruido que el señor Serrano, nuestro Director deportivo, dice que es lo que daña al Códoba. Y se equivoca! No hay otro ruido más que el que se produjo con el descenso. Ese sí que ha dañado al Córdoba, señor Serrano. Todo lo demás, manifestaciones, enfados, broncas, opiniones de la prensa, de los tertulianos de las radios, de los que usan las redes sociales…todo eso junto es lo que el fútbol produce no sólo aquí sino en cualquier lugar del orbe futbolero. Y usted, como profesional de esto, conoce bien.

José María Bellido, alcalde de Córdoba.

Y no quería hoy hablar de fútbol! Pero ya está, hasta aquí, aunque no terminaré esto sin enviar un mensaje, un ruego, una solicitud de reflexión. Y eso es lo que hago a mi Alcalde. Con toda la humildad y respeto del mundo me permito pedirle su urgente intervención para acabar con esa injusticia que se lleva haciendo mucho tiempo ya con el deporte cordobés. Con el de verdad. Don José María Bellido, nuestro Alcalde, tiene en sus manos recuperar el respeto de todo nuestro deporte, de los clubes, directivos, técnicos, jugadores y aficionados del resto de deportes cordobeses aparte del Córdoba CF., buscando la solución justa y necesaria para que ese deporte cordobés reciba las subvenciones aprobadas por el Ayuntamiento de Córdoba en las temporadas 2017/18 y 2018/19, cantidades no recibidas por el deporte de esta ciudad y absolutamente necesarias para la supervivencia de todos los clubes cordobeses.

Ese es uno más de los retos que el nuevo equipo de gobierno de esta ciudad tiene por delante. Yo como hombre del deporte agradezco la sensibilidad mostrada por el Sr. Bellido con los clubes que han conseguido éxitos importantes para nuestra ciudad la pasada temporada, pero esa sensibilidad de nada sirve si no viene acompañada de lo que de verdad les importa a ellos, el abono de las dotaciones económicas que se les deben para poder competir en igualdad de condiciones que el resto de rivales. Aunque hasta lo mismo se conforman con poder competir.