El Numancia, equipo al que el Córdoba solo ha sido capaz de derrotar una vez en Los Pajaritos, es el rival con el que el Córdoba abre la segunda vuelta de la competición, una segunda vuelta que, por otro lado, será asimétrica.
El Numancia se ganó a la afición futbolística nacional a finales de la década de los noventa, cuando tras eliminar en la Copa del Rey a varios equipos de Primera División, cayó en octavos de final ante el Barcelona, vendiendo además muy cara su eliminación. Fue la temporada 95-96 y antes de caer con los culés dejó en la cuneta entre otros a la Real Sociedad, el Rácing de Santander o el Sporting de Gijón. La temporada siguiente logró el ascenso al fútbol profesional, que ya no ha abandonado e incluso logró tres ascenso a Primera División, por la que pasó de forma efímera.
El conjunto soriano cumple ahora su décima campaña consecutiva en la categoría de plata, en la que siempre parte con el objetivo de la permanencia, aunque también ha mirad de reojo la posibilidad de regresar por cuarta vez a Primera. Sin ir más lejos, la pasada temporada disputó el play off de ascenso, cayendo en la eliminatoria final con el Valladolid.
Esta campaña y tras la salida de Jagoba Arrasate, López Garai se hizo cargo de una plantilla que sufrió una gran remodelación y de la que salieron jugadores importantes. Ya llegaron en verano jugadores que son fijos en los esquemas del ex jugador blanquiverde, como por ejemplo Juan Carlos, Atienza, Villalba, Oyarzun o Yeboah. Y ahora, en la recién abierta ventana invernal, ya son tres los refuerzos que han llegado a Los Pajaritos, los defensores Ganea, Álex Centelles y Derik Osede.
López Garai trata que su equipo tenga un gran orden táctico y un buen trato de balón. Parte de un dibujo táctico 4-3-3 tratando de realizar una presión alta para robar rápido y manejar el juego.
El meta titular es Juan Carlos, con una línea de cuatro por delante en la que Unai Medina y el recién llegado Ganea ocupan los laterales. Markel y Ripa son las alternativas. Formando la pareja de centrales, el cordobés Pichu Atienza es fijo. Junto a él pueden jugar Carlos Gutiérrez o el recién llegado Derik Osede. Por la forma de juego exigida por López Garai, siempre tratando de salir con el balón, es por lo que quedan expuestos a errores en la transición que incluso le han costado más de un disgusto.
Por delante, en la medular, el conjunto soriano utiliza un triángulo con un pivote defensivo y dos jugadores por delante, pero jugando muy cerca unos de otros. La baja por sanción de Escassi trastocará los planes del técnico. Diamanka o Kako harán la función de jugador más retrasado tras la sanción de Escassi, tratando de dar salida de balón e imponer su potencia y trabajo para convertirse en el timón del equipo soriano. Diamanka, si el técnico decide alinear a Kako, y Fran Villalba, jugadores con gran calidad para asociarse y asistir, que trabajan en la recuperación pero que siempre miran hacia arriba, ejercerán de volantes.
En el costado derecho suele jugar Yeboah, un jugador eléctrico, rápido y con buen desborde; y en el izquierdo, Alain Oyarzun, también rápido y con buena calidad. Sus recambios, Nacho o Marc Mateu. Y en la punta de ataque, como referencia, Guillermo parte con ventaja sobre Higinio, Jordi Sánchez o Borja Viguera.