Ana Sáenz de Pipaón "Pipa" jugadora del Córdoba Femenino.

El pasado domingo, el Córdoba CF Femenino jugó en el Municipal El Valle ante la Peña El Valle. Apenas 10 minutos habían transcurrido del encuentro cuando una jugadora rival, Ana Paredes León, se desplomó. En esos momentos, los nervios se apoderaron de los presentes, especialmente de la madre de la jugadora, que animaba desde la grada. ahí surgió la doctora Ana Sáenz de Pipaón, central blanquiverde que cuando cuelga la bata y el fonendoscopio, se se viste de corto y se pone las botas, se transforma en Pipa, una central segura, con confianza y que siempre llega al corte y que sabía exactamente cómo tenía que actuar.

Según la web del Córdoba CF, Pipa afirmó que “No hice gran cosa, la verdad”, cuenta la central con humildad. Pero cuando la chica se desmayó, “me acerqué corriendo, les dije que era médico y me dispuse a echar una mano”. Primero realizó las comprobaciones normales que siempre se ven en las series de urgencias. “Comprobé que no fuera nada grave que le pudiese afectar a la cabeza”. Así, comenzó a chequear “que tuviera pupilas reactivas, que estuviera consciente y orientada. Le miré el pulso, que todos los reflejos estuvieran bien para descartar que fuera algo grave”.

Aunque ella sabía de lo que se podía tratar. “Pedí que me trajeran para medirle la glucosa y la tensión porque sospechaba que podía ir por ahí. Y efectivamente. Cuando le miré la glucosa la tenía a 70, que es muy baja, sobre todo para jugar a fútbol. La tranquilicé y le dimos batido de chocolate y le dije que se iría recuperando. Le iba hablando para que la chavala me fuese respondiendo. Le volví a mirar el azúcar (al poco tiempo) y ya estaba a 100”.

Y luego, cuando terminó su intervención, procedió a hablar con los familiares de la improvisada paciente. “Le expliqué a la madre lo que pasaba, que era una simple bajada de azúcar y que la dejarían en observación cuando la trasladaran al hospital”.