Forzado por la clausula del miedo que el Tenerife metió en el contrato de Carlos Abad, cedido por el conjunto chicharrero en el Córdoba, le llegó la oportunidad de debutar en Segunda División a Alberto, un joven meta que en el campo no se le notó ni su juventud ni su inexperiencia en la categoría. A término del partido fue uno de los jugadores que pasaron por la zona mixta de El Arcángel.